Niños

En el aspecto físico, el taekwondo ayuda a desarrollar a su máximo las habilidades motrices ya que trabaja brazos y piernas. El taekwondo ayuda a que el niño reconozca su cuerpo, incrementa el tono muscular y trabaja articulaciones, además de incrementar velocidad, fuerza, equilibrio, elasticidad, resistencia, lo que conlleva a un desarrollo armónico y funcional de todo el organismo.
Espiritualmente, el Taekwondo enseña a sus participantes el valor de la perseverancia, el trabajo en equipo, el respeto, la autoestima, la confianza en él mismo, autocontrol y disciplina.
Su práctica constante ha demostrado amplios beneficios para los pequeños que padecen Síndrome de Déficit de Atención, inseguridad y/o debilidad física.
Se puede resumir que el Taekwondo proporciona beneficios integrales que se reflejan en su físico, su temperamento y en la forma de afrontar sus propios retos.